MI PRIMERA VEZ

No sabía como empezar, tampoco como hacerlo, era mi primera vez. Me costo mucho, pero lo conseguí. Al día siguiente lo intente de nuevo con el chico que me gustaba, pero no podía. Al final, con el paso del tiempo, le cogí el tranquillo y empezábamos a practicarlo, todas las tardes sin que mi madre se enterara, dentro de la cocina. Pero un día mi madre nos pilló, haciéndole su regalo de cumpleaños, un BIZCOCHO de chocolate.